Mirarte
o no mirarte y sentirte dentro del alma mía,
las dos cosas lo mismo han de ser.
Tocarte
o no tocarte y acariciarte con mis pensamientos,
de nuevo lo mismo otra vez.
Besarte
o no besarte y sentir tus labios rozar los míos,
y otra vez en lo mismo he de caer.
Mil acciones puedo expresar,
y aunque distintas,
de la misma forma han de acabar.
Todo tú,
imán atrayente de mi cuerpo,
de mis acciones y mis pensamientos.
Todo tú,
mi vida, mi locura,
mi perdición, mi aventura.