jueves, 27 de octubre de 2011

NANDE KUOM. Capítulo 5. El hombre misterioso - Sarah Degel

Suena el despertador, una vez más, Álex se levanta sobresaltado, se va al cuarto de baño y se mira en el espejo, las ojeras se han tornado de un color tirando a negruzco, tiene algo de barba debido a que lleva unos cuantos días sin afeitarse, sus labios son una línea recta que no parecen haber conocido nunca la sonrisa y su pelo luce más despeinado de lo normal, tiene que hacer algo.
Se dirige a la cocina y se prepara una taza de café, después se lava los dientes y se afeita, se ducha, se pone ropa limpia y se echa gomina en el pelo. Finalmente se mira de nuevo al espejo, aunque la imagen que le devuelve no es comparable con la de sus mejores días, al menos no parece un pordiosero loco.
Se pone su abrigo, coge la mochila y se va a la Universidad, va a la clase 102 y allí sentados en última fila están David y Paula.
-       Chico, tienes mejor pinta que estos días.
Álex se sienta con ellos, intentando volver a la vida normal que tenía hacía tan sólo unos pocos días. Transcurre la mañana lenta y aburrida, como siempre había sido costumbre.
-       ¿Os apetece que comamos en la cafetería?
-       Paulilla, de vez en cuando piensas y todo.
-       Cállate, David. ¿Qué te parece a ti? ¿te apuntas?
-       Eh, sí, claro.
Álex sólo tiene ganas de volver a su casa y tumbarse en la cama sin hacer nada, pero aún así se esfuerza porque todo vuelva a ser igual.
Se sienta aburrido en la mesa, mientras David se va a por los bocadillos y Paula hable sin parar, sabe que no es su costumbre, y menos hablar de cosas sin sentido, pero se da cuenta de que lo hace por él, la mira, está preocupada, cuando lo está, le sale una hermosa arruguita en la frente.
-       Álex, me tienes muy preocupada, no sé qué te pasa, no sé cómo actuar ni qué hacer, si al menos me dijeras algo…
-       Es que ni yo mismo lo sé Pau, es algo muy raro, que escapa a mi entendimiento.
-       Cuéntamelo, quizás pueda ayudarte.
Álex se para unos segundos a deliberar qué hacer al respecto, pero entonces llega David con la comida.
-       Joer tíos, aquí o te cuelas o te quedas sin comer.
-       Mira que eres.
Durante la comida, David habla sin parar, con algún que otro comentario de parte de Paula, quien no aparta la mirada de Álex que parece encontrarse en otro universo.
Cuando terminan, Álex se ofrece a recoger todo y tirarlo en una de las papeleras, al hacerlo, ve una imagen de un periódico, que descansa sobre la barra, que atrae su atención y se fija en el titular.
-       Hombre se suicida tras gritar: “Soy un pecador”.
De repente, todas las imágenes de la tarde pasada acuden a su cabeza, cierra los ojos y ahí lo ve, claro y nítido.
Cuando los abre, respira entrecortadamente, ¿cómo él ha podido hacer eso? Él lo ha matado, él le dijo que se suicidara y el otro lo hizo. Tira el periódico al suelo y empieza a pegar golpes en la barra atrayendo la atención de muchos de los que se encuentran en la cafetería.
Paula y David aparecen corriendo a su lado. David lleva su abrigo y su mochila y Paula lo agarra de un brazo.
-       Vamos Álex, vamos a dar una vuelta, que te dé el aire.
Los tres amigos caminan en silencio durante largo rato hasta llegar a casa de Álex, David se marcha y Paula se encarga de subirlo a su casa y meterlo en la cama, ve todos los periódicos desparramados en el suelo, que coge y se lleva al salón y comienza a estudiarlos, se da cuenta de que todos están abiertos y señalados en la misma noticia.
-       ¿Y si el hombre misterioso es él?
Paula se tumba en el sofá y se tapa con una manta, hasta que finalmente se queda dormida.

miércoles, 19 de octubre de 2011

NANDE KUOM. Capítulo 4. Paseo por el parque - Sarah Degel

Paula y Álex esperan a David en el parque, llega algo tarde andando tranquilamente.
-       ¿Tú qué? ¿de cachondeo?
-       Paula, tranqui niña, que aquí uno no tiene tu delicado cuerpo y le pesa más.
-       Pero si venías tranquilamente, capullo.
-       ¿Tú también me vas a agredir, Álex? Y encima, después de echarme ayer de tu casa.
-       Venga, tío, déjalo, ya está, deja a Álex. ¿Nos compramos un helado?
-       No hace tiempo para helados, Paula.
-       Pues a mí me apetece, ¿tú quieres, David?
-       Claro que sí, vamos a por él, tú de aquí no te muevas colega.
Paula y David se marchan a comprar el helado, mientras Álex se sienta en un banco que hay cerca. Mira distraído la gente que pasa por allí, de repente siente una especie de dolor en los ojos que le hace cerrarlos y ante él ve a uno de los culpables del asesinato de aquel hombre. Cuando los abre asustado, lo ve ante él, e impulsado por una fuerza sobrenatural, comienza a seguirlo.
El hombre camina con paso lento. Cuando sale del parque, recorre unas cuantas calles antes de pararse en un portal, donde abriendo con una llave, entra.
Álex sujeta la puerta justo antes de que se cierre, el hombre se gira.
-       Buenas tardes.
-       Buenas tardes.
El hombre abre la puerta del ascensor.
-       ¿Sube?
-       Claro.
-       ¿A qué piso? – pregunta el hombre una vez dentro.
Álex no sabe qué decir, piensa que si dice un piso más bajo que el del hombre, se quedará sin saber a qué planta va, así que solamente tiene que limitarse a decir la planta más alta.
-       Al último.
-       Yo también – pulsa el botón – no me suena, ¿es nuevo?
-       Estoy de visita.
Álex está sorprendido de su capacidad de invención, parece que lo lleva haciendo toda la vida, pero no siente ningún remordimiento.
Cuando llegan al último piso, un séptimo, el hombre deja pasar cordialmente a Álex, se despiden y cuando el hombre le da la espalda, Álex lo agarra por detrás y le hace subir unas cuantas escaleras que van a la azotea.
-       ¿Quién eres?
-       Limítate a abrir esa puerta, y sin truquitos.
El hombre, saca las llaves y abre la puerta cómo le ha pedido Álex, una vez en la azotea, éste lo suelta y se quedan cara a cara.
-       Eres él, ¿verdad?
-       ¿Qué soy quién?
-       Él, siempre vuelve, de una forma u otra.
-       No sé qué coño dices tío.
-       Entonces, ¿qué haces aquí?
Álex se siente confundido, pero sólo dura un par de segundos.
-       Tú lo mataste, y no sólo a él, sino a muchos más y tienes que pagar por tus pecados.
El hombre comienza a alejarse de Álex.
-       No, no pienso escucharte.
-       Has pecado y tienes que pagar, tú mismo vas a imponerte el castigo.
-       ¿Yo? ¿qué castigo?
-       Estamos en una azotea, tú verás. Buenas tardes.
Álex abre la puerta de la azotea y baja en el ascensor, en el portal se encuentra con una mujer que justo entra con la compra.
-       Buenas tardes joven.
-       Buenas tardes señora, que tenga un buen día.
Álex camina como hipnotizado hasta llegar al parque, sus amigos están sentados en un banco, cuando lo ven llegar se ponen en pie.
-       ¿Dónde te has metido?
-       ¿Yo? En ningún sitio, ¿y el helado?
-       El helado estaría ya derretido, menos mal que nos lo hemos comido, llevamos un buen rato buscándote por el parque.
-       Sólo he ido a dar un paseo, pero podíais haberme llamado.
-       Y lo hemos hecho.
Álex saca su móvil, tiene ocho llamadas perdidas de sus amigos, ¿cómo es posible? No ha escuchado el móvil, y lo que es más, ni siquiera recuerda haberse movido del banco.
Esa noche vuelve a tardar en conciliar el sueño y cuando lo hace, tiene constantes pesadillas.

martes, 18 de octubre de 2011

NANDE KUOM. Capítulo 3. Imágenes - Sarah Degel

Álex se despierta sudando, tiene la boca seca, el pijama pegado al cuerpo y respira entrecortadamente. Cuando se repone, se da cuenta de que ha tenido una pesadilla con la noche anterior, pero ahora no logra recordar nada.
-       ¡Mierda!
Se levanta cabreado pegando patadas a los periódicos esparcidos por el suelo, dispersándolos aun más.
Mira el reloj en la pared de su cocina, son las once de la noche, ha dormido muchas horas. Abre la nevera y encuentra una pizza para calentar. La saca del plástico, la coloca en un plato y la mete en el microondas. Mientras se hace, regresa a su habitación, se pone las zapatillas y se sienta en la cama.
-       ¿Qué coño me está pasando? Voy a terminar loco.
El timbre del microondas atrae su atención, saca la pizza y se la come absorto en sus pensamientos. Cuando termina, se da una ducha, se pone el chándal, los cascos y se marcha.
Al principio, se limita a salir a pasear para despejarse, sin un rumbo prefijado, pero no se da cuenta de que sus pasos le llevan hasta la calle del día anterior hasta que ya está allí.
La calle vuelve a estar vacía, mira a todos lados por si ve a alguno de los implicados en la pelea, que bien dicen en la tele que el asesino vuelve al lugar del crimen en muchas ocasiones, aunque eso es lo que está haciendo él y de asesino no tiene nada, al menos hasta ahora.
Mientras mira donde vio al grupo de hombres dando patadas y puñetazos a mansalva, en su cabeza le vienen unas imágenes muy claras de cómo sucedió todo, de hecho, parece que está volviendo a suceder realmente, aunque Álex se asusta, continúa concentrado con los ojos cerrados.
Está lloviendo, con la capucha del abrigo puesta corre a resguardarse en un portal, al ver que se ha confundido de calle quiere reorientarse, de repente los ve, son cinco tipos bastante grandes, les grita para que se vayan amenazándolos con ir a la policía, un par de ellos se giran y lo miran antes de echarse a correr con el resto, les está viendo las caras, él se acerca al hombre que se encuentra en el suelo, le susurra unas palabras que no logra escuchar y de repente todo se vuelve negro.
Suena el despertador como todas las mañanas, Álex se despierta sobresaltado. ¿Le ha vuelto a suceder? ¿O es que todo ha sido un sueño?
Alguien llama al timbre de su casa, Álex va a abrir la puerta, es Paula.
-       Hola dormilón – dice sonriente dándole un beso en la boca.
-       Hola Paula, ¿qué haces aquí?
Paula enseña una bolsa que trae de la mano.
-       Traigo unos churritos para que empieces bien el día, ayer parecías un zombie.
-       ¿Ayer? ¿Qué pasó ayer?
-       Ayer, cuándo nos echaste a tu mejor amigo y a mí de tu casa porque querías estar solo.
-       Entonces, ha sucedido de verdad…
Paula pone cara preocupada.
-       Álex, ¿qué te pasa? ¿te has metido en las drogas? ¿Qué coño te pasa?
-       Yo… nada – fuerza una sonrisa –. Ven aquí preciosa.
Él atrae a Paula hacia sí y la lleva hasta el salón mientras la besa.
-       Vamos a tu habitación mejor, ¿no?
Álex piensa en el suelo cubierto de periódicos.
-       Mejor aquí.
La tira contra el sofá y los dos se funden en uno, olvidándose durante un rato muy largo de todo lo que sucede a su alrededor.

lunes, 17 de octubre de 2011

NANDE KUOM. Capítulo 2. Quiero estar solo- Sarah Degel

El timbre le despierta. Se dirige medio adormilado hacia la puerta y observa por la mirilla, antes de abrir la puerta.
-       Hola campeón, ¿qué coño te pasó esta mañana?
-       David.
-       ¿Otra vez vas a hacer cómo que no me ves?
-       Paula.
-       Pues sí que estás ocurrente hoy, ¿no tienes más qué decir? ¿no tienes más que contarnos?
-       Venga Paula, déjalo, no ves que está medio dormido.
-       Es que hoy ha tenido un comportamiento muy extraño, así que alguna explicación tiene que haber para ello.
Los tres se acomodan en el sofá, Álex aún terminando de despertarse.
-       Mira lo que hemos traído para animarte –. David pone un pack de cervezas encima de la mesita que hay frente al sofá.
-       No me apetece.
David, teatrero, le pone una mano sobre la frente.
-       ¿Estás bien? ¿eres Álex o solo una copia alienígena de mi amigo?
Álex le da un manotazo para retirar su mano.
-       Vete a la mierda David.
-       ¿Estás bien? – pregunta Paula preocupada.
-       Sí, sólo necesito estar solo.
-       Cuánta sutileza.
-       Venga tío, encima que venimos con cervecitas para animarte.
-       No tengo un buen día, sólo quiero tirarme en la cama y que cuando me levante sea mañana.
-       Vale, pero me llevo las cervezas.
David se dirige hacia la puerta de la calle, Paula mira a Álex a los ojos.
-       Si necesitas algo…
-       Lo sé.
Paula le da un beso en la mejilla y se marcha tras David.
Álex se pone el pijama, se sienta en la cama y empieza a mirar los periódicos de nuevo, uno por uno, leyendo la misma noticia en cada uno de ellos y revisando la misma foto una y otra vez. En la imagen aparece una ambulancia, varios policías y un cuerpo tapado en la acera; nada que le llame la atención o que le traslade en sus pensamientos a la noche anterior.
Finalmente, cansado, tira todos los periódicos al suelo, coge sus cascos y comienza a escuchar algo de música para relajarse, se tumba boca arriba en su cama mirando al techo, hasta que se duerme.

viernes, 14 de octubre de 2011

NANDE KUOM. Capítulo 1. La noticia - Sarah Degel

Álex se despierta sobresaltado al escuchar el despertador, está en su cama, con el pijama puesto. Sobre la silla aún descansa la ropa mojada del día anterior. Se para unos segundos para pensar si lo de aquel hombre lo ha soñado o ha sucedido de verdad, pero no recuerda nada después de esas extrañas palabras, así que decide pensar que es tan sólo un sueño.
Se levanta y se da una buena ducha, desayuna y se marcha a la Universidad. En la puerta, está su amigo David, un tipo bajito, algo rechoncho con cara de simpático.
-       ¡Vaya careto traes tío! Ni que hubieras salido anoche.
-       No he dormido muy bien, ¿y Paula?
-       Llegará tarde como siempre, vamos a clase.
Los dos amigos suben las escaleras hasta el primer piso y giran a la derecha, mientras hablan de cosas sin importancia hasta llegar a la clase 123 donde se paran.
Álex mira el reloj y echa una rápida ojeada a su alrededor.
-       No te esfuerces amigo, Paula llegará tarde, vamos a sentarnos.
Los dos amigos se sientan hacia el final de la clase, David no calla, le gusta hablar, pero eso a Álex no le importa, pues él es más callado y prefiere escuchar y, desde luego, se ha dado cuenta de que David tiene muchas cosas interesantes para decir, aunque muy pocos sepan apreciarlo.
-       Pues no te digo que esta mañana cuando venía en el autobús he escuchado una noticia la mar de rara, en plan de un grupo de tíos que pegaron anoche a otro y lo mataron, pero lo extraño de la historia es…
-       ¿Qué acabas de decir? ¿Murió?
-       Sí, ¿ya conoces la noticia? Pero si a ti no te gusta ni la radio, ni el periódico ni ver las noticias ni nada.
Álex recoge su cazadora y su mochila nervioso.
-       ¿Pero qué haces tío?
-       Perdona me tengo que ir.
Sale a trompicones de la clase, chocándose en la puerta con una chica. Es de mediana estatura, delgada y con cara aniñada, lleva el pelo suelto y viste estilo punk.
-       ¡Hey!, Álex, ¿dónde vas?
Pero Álex ni siquiera la ha escuchado, se limita a salir corriendo de allí.
Entra en el quiosco más cercano y comienza a buscar la noticia en los periódicos.
-       Oye muchacho, esto no es una biblioteca, si lo lees lo pagas.
Álex coge todos los periódicos, le da un billete de veinte al quiosquero y sin esperar la vuelta, se marcha.
Cuando llega a su casa, tira todos los periódicos sobre su cama y comienza a ojear uno por uno.
Los titulares de todos los periódicos aluden a un misterioso joven que la noche pasada ahuyentó a los tipos que apaleaban a un hombre y después había desaparecido misteriosamente. Había varias personas que desde sus casas habían visto la escena descrita, pero ninguno fue capaz de dar una descripción exacta de dicho joven, pues la lluvia había impedido que pudieran verlo con claridad.
-       Así que estuve allí…
Se tira en su cama y cierra los ojos intentando recordar qué pasó después, pero no lo consigue, es como si el resto de la noche se le hubiera borrado de la mente, ni siquiera recuerda cómo llegó a casa ni si tomó algo para cenar.
-       ¿Y si regresó alguno de los apaleadores y me drogó?... No, no puede ser, recordaría lo que sucedió hasta ese momento, ¿no?
Entre pensamiento y pensamiento y ante la desesperación, el sueño acude a Álex, permitiéndole descansar durante unas horas.

jueves, 13 de octubre de 2011

NANDE KUOM. Prólogo - Sarah Degel

La lluvia repiqueteaba sobre los adoquines formando enormes charcos que ocupaban gran parte de la calzada.
Había poca gente por las calles, ya que preferían guarecerse en bares y tiendas a calarse hasta los huesos y no ver por dónde caminaban.
Álex, es un joven estudiante de Magisterio que vive en un apartamento a las afueras. Ha estado toda la tarde haciendo un trabajo con su grupo de clase, ya es tarde y tiene ganas de llegar a su casa, así que a pesar de estar oscuro y llover a cántaros, decide correr bajo la lluvia con la capucha puesta y la mochila al hombro.
Como no ve mucho por dónde va, entra en la calle que no es, pero al darse cuenta, se refugia en un portal para poder restablecer el rumbo. Ya desde allí ve un grupo de gente hacia el otro extremo de la calle, al principio le cuesta ver qué es lo que están haciendo, pero cuándo se da cuenta, sin pensárselo dos veces comienza a correr hacia ellos gritando.
-       Eh, ¿qué hacéis? Voy a llamar a la policía.
Algunas personas ven la situación desde sus casas, pero Álex, ajeno a todo eso, se limita a arrodillarse sobre un hombre tirado en el suelo.
-       ¿Está usted bien?
El desconocido está muy magullado, apenas puede hablar ni moverse, pero haciendo acopio de la poca fuerza que le queda, agarra a Álex por la manga de la cazadora y lo arrastra hacia él, quedando su boca muy cerca de la cara de éste, logrando pronunciar dos palabras a duras penas.
-       Nande Kuom.

lunes, 10 de octubre de 2011

EL ALMA DE LAS ESTRELLAS. Parte 5 - Sarah Degel

Me despierto de nuevo, estoy en el mirador del cielo, observo el manto de estrellas que me envuelve y comienzo a contarlas sin miedo.
Más tarde, mucho más tarde, bajo y me dirijo a Sakura, reúno a todos los cazadores de la urbe y comienzo a hablar, las palabras surgen de mi boca a borbotones.
-          Desde los tiempos remotos, los cazadores de estrellas nos hemos sentido especiales, tan especiales que pensamos que no necesitábamos más que a nosotros mismos para sobrevivir, pero nos equivocábamos.
La gente se remueve y me mira extrañada, pero prosigo mi discurso. 
-          Somos cazadores de estrellas negras, estrellas sin alma que le roban la suya a las personas, y también a nosotros, los cazadores. Pero hay una diferencia, nuestra alma, poco después de nacer, se duerme.
Quiero que os miréis unos a otros, por primera vez, conoceros, estrechad lazos y recuperad vuestra alma.
Tras estas palabras, miro a mi público que muestra caras de estupefacción, algunos comienzan a mirarse, otros ya se saludan e incluso atisbo a ver alguna sonrisa.
Comienzo a caminar hacia la salida, y sin mirar atrás prosigo mi camino con una sonrisa en los labios. Justo antes de cerrar la puerta, extraigo mi ishi del bolsito y creo un tamash (que significa alma) y tras decir las palabras apropiadas, cierro la puerta.


domingo, 9 de octubre de 2011

EL ALMA DE LAS ESTRELLAS. Parte 4 - Sarah Degel

No sé cuánto tiempo ha pasado cuando despierto, ¿por qué me habré dormido? Abro los ojos muy despacio y siento una luz cegadora, una luz que recoge todos los colores del arco iris.
Miro asombrada a todos lados con los ojos abiertos como platos y una gran sonrisa en mi cara, de pronto, siento como se me eriza el vello de los brazos y un chispazo eléctrico me atraviesa todo el cuerpo, pero en vez de hacerme daño, hace que me sienta diferente.
Una voz metálica comienza a escucharse en apenas un susurro.
-          Hace muchos años, las estrellas tenían alma, el alma más pura jamás imaginada. Siempre se ha creído que sólo pueden tener alma los seres animados, pero no es cierto, las estrellas fueron las primeras en poseerla.
Podían sentir mucho más que lo que las personas sienten, tenían emociones e incluso instintos.
Las estrellas eran pues, unas almas puras que vagaban por el Universo, contemplándolo y cediéndole su sabiduría.
Pero en todo paraíso, siempre hay alguien o algo que se rebela.
Las estrellas no tenían nadie superior que las dirigiera, eran libres de hacer lo que quisieran; pero entonces, hubo una estrella, una estrella más oscura que ninguna, Uch, que quiso tomar el control de todas las estrellas y, con ellas, del Universo.
Poco a poco se fue formando un ejército de estrellas y, éstas, quedaron inevitablemente divididas en dos bandos: las estrellas negras y las estrellas blancas.
Hubo una batalla, duró tanto tiempo que el Universo comenzó a revolverse. Las almas de las estrellas que morían, fueron cayendo sobre la Tierra, y éste fue el principio de los humanos. Más adelante, se descubrió, que las estrellas que quedaron también habían perdido sus almas.
Al revolverse el Universo, se formó el primer agujero negro, que fui yo y empecé a absorber todo lo que había a mi paso, porque era negro como las estrellas que se alzaron. Absorbí tantas estrellas blancas, que eso provocó un cambio en mí, y por eso el arco iris. Desde entonces, a todo lo que absorbo, le doy un poquito de mi sabiduría y lo devuelvo a su lugar.
Se hace un silencio, muy breve, pero me parece eterno, y alzo la voz para realizar una pregunta.
-          Entonces, ¿quiénes ganaron?
La voz se toma su tiempo antes de contestar, pero cuando lo hace, es firme y segura, como desde el principio.
-          La batalla aún seguiría durando. Finalmente decidieron convivir en armonía.
       Al principio, parecía un acuerdo perfecto, pero los malvados no se rinden fácilmente, y pronto  descubrieron, que podían recuperar parte de su alma cuando los humanos las contaban, así que empezaron a ir absorbiéndosela en secreto, hasta que tiempo después, las estrellas blancas lo descubrieron. 
Éstas hicieron un pacto con la Luna, la cual, dispuso que enviaría cada cierto tiempo predeterminado a la Tierra cierta cantidad de enviados de la Luna que se encargarían de ir en busca de los enviados de las estrellas, también conocidos como cazadores de estrellas, a los cuales entrenarían para que, alcanzada la mayoría de edad, cazaran a las estrellas negras.
Otro silencio se hace de nuevo, y decido hacer una última pregunta.
-          Si es cierta la leyenda del cazador, ¿por qué los que subieron luego no volvieron?
La respuesta es inmediata.
-          Sólo las personas puras de corazón pueden recibir el don, el resto se convertirá en estrellas. Sólo unos pocos elegidos podréis contar estrellas después de visitarme, pero deberéis aprovecharlo con sabiduría. Tienes tu oportunidad, aprovéchala, porque nadie hasta ahora ha sabido hacerlo.
Tras estas palabras, siento un mareo y me vuelvo a dormir.

sábado, 8 de octubre de 2011

EL ALMA DE LAS ESTRELLAS. Parte 3 - Sarah Degel

Así pues, tras conocer dicha historia, nada más graduarme subí al cielo y me dispuse a esperar al agujero negro. Han pasado tres años desde entonces, y aunque he visto muchos agujeros negros, ninguno tenía los colores del arco iris en su reborde. Quiero poder contar las estrellas y, al igual que el cazador, esperaré pacientemente hasta que encuentre lo que busco.

Y esa es mi historia, aquí estoy, en el cielo, viendo pasar las estrellas como cada día a ver si logro descubrir su secreto.
Oh, ¿pero qué estoy viendo? No me lo puedo creer, me parece que veo el agujero negro que llevo buscando todo este tiempo allí a lo lejos.
Se va acercando muy poco a poco, el tiempo se me está haciendo eterno, pero cada movimiento que realiza hacia adelante me va asegurando que es lo que llevo buscando estos tres años.
El corazón se me ha acelerado tanto, que no sé si voy a ser capaz de soportarlo. Mis latidos se intensifican cada vez más, lo noto tan cerca…
Apenas queda distancia entre él y yo, tengo que prepararme para tocarlo, así que me estiro y alargo la mano, pero al hacerlo me doy cuenta de que cuando pase a mi lado, no seré capaz de alcanzarlo, tengo que idear un plan.
Es como cazar una estrella, así que, usaré alguno de mis instrumentos de caza, espero que funcione.
Abro mi bolsito de cuero, que siempre llevo conmigo, y lo revuelvo buscando el instrumento que pueda ser apropiado, pero no logro decidirme por ninguno. Miro hacia el agujero negro, lo tengo muy cerca, el tiempo se termina.
Revuelvo otra vez  y veo mi ishi que es una especie de máquina para crear instrumentos, también paso la mano por algunos de mis instrumentos de trabajo como hana, kaze, mishu, ame, yuki y, ahí está lo que busco, mi kumo, lo que significa nube. Utilizaré mi kumo que creará una nube artificial a la que podré subirme y así tocar el agujero negro.
Vuelvo a echar otro vistazo hacia el agujero, lo tengo casi encima de mí, no hay tiempo que perder.
Saco mi kumo y digo las palabras mágicas: kumo no shita. La nube se coloca bajo mis pies y me eleva justo en el preciso instante en que el agujero negro cruza sobre mi cabeza, extiendo la mano y mis dedos lo rozan ligeramente, enseguida veo solo oscuridad.

viernes, 7 de octubre de 2011

EL ALMA DE LAS ESTRELLAS. Parte 2 - Sarah Degel

Existe una leyenda muy antigua, por eso está prácticamente ya olvidada, que cuenta la historia de un cazador que, cansado de cazar estrellas sin saber el por qué lo hacía, decidió preguntarle a ellas; pero las estrellas, orgullosas, no respondieron. Así que subió al cielo y se dispuso a esperar pacientemente su respuesta.
Vio pasar cometas, meteoritos, asteroides... pero no logró obtener la respuesta. Así fue pasando el tiempo y cansado de esperar, volvió a casa con la cabeza gacha. A su regreso, todos los cazadores se rieron de él y empezaron a tratarle de loco. Poco a poco el cazador se fue sumiendo en una aguda tristeza y dejó de salir a cazar, hasta que finalmente comenzó a vivir recluido en su casa.
Un día, un niño pequeño se coló por su ventana, el cazador al verlo le dijo que se marchara, pero el niño únicamente le cogió la mano y le mostró una gran sonrisa.
El cazador forzó también una sonrisa aunque hacía demasiado tiempo que no lo hacía. El niño le preguntó que por qué no salía de casa y por qué todo el mundo le llamaba loco. El cazador le explicó su historia y el niño, ante la sorpresa del cazador, le dijo que le creía, que al igual que él, quería saber por qué hacían eso algunas estrellas y le animó una vez más a que fuera a buscarlo.
El cazador, convencido por el niño, salió de su casa decidido a encontrar lo que había ido a buscar, cerró la puerta de entrada ante las miradas atónitas del resto de cazadores, pero ni siquiera se fijó. Así que subió al cielo y se dispuso a esperar, aunque esta vez, la espera fue muy corta,  ahí estaba lo que hoy conocemos como agujero negro.
El cazador al verlo, supo que era eso lo que había estado esperando. Antiguamente no se conocían los agujeros negros y menos sus características, como que lo que en él entra no vuelve a salir. De hecho, se cuenta que fue el primer agujero negro de la historia y que su reborde era del color del arco iris. El cazador alargó la mano y al tocarlo, éste lo absorbió, y fue ahí donde obtuvo su respuesta… y algo más.
Cuando llegó a casa, compartió su secreto con el niño, secreto que ambos guardaron celosamente hasta su muerte. Y desde entonces, el cazador contó estrellas sin que ninguna fuera capaz de llevarse ni un pedacito de su alma.
Nunca se ha sabido el secreto que el agujero negro le confió al cazador, y éste a su vez al niño; pero lo que sí se sabe es que muchos de los cazadores muertos de envidia subieron al cielo a buscar el agujero negro y jamás regresaron.

jueves, 6 de octubre de 2011

EL ALMA DE LAS ESTRELLAS. Parte 1 - Sarah Degel

-          ¿Te gusta contar estrellas?
-          Dicen que si las cuentas, pedacitos de tu alma se van quedando atrapados en ellas hasta que desapareces.
-          ¡No me digas eso! Yo cuento estrellas.
-          Tienes que dejar de hacerlo si no quieres desaparecer.
-          ¿Y para qué quieren las estrellas el alma de las personas?
-          Nunca lo he pensado.
-          Deberíamos preguntárselo, quizás ellas nos lo puedan decir.
-          Son demasiado egocéntricas como para hacerlo, mejor dejémoslo estar. ¿No te parece?
-          Quizás… pero por si acaso, no volveré a contarlas.

Mi nombre es Hoshi Kuroi, pero no soy japonesa, aunque mi padre sí lo era.
Soy una chica de 21 años de piel pálida como la luna y ojos negros como la noche. Me gusta llevar pantalones ajustados negros de cuero y una camiseta blanca ligeramente transparente combinados con un abrigo largo también de cuero y, por supuesto, un pequeño bolso a juego. Llevo el pelo corto, bastante corto, para que me resulte más fácil cazar estrellas. Ah, sí, me había olvidado, soy cazadora de estrellas.
Sí, lo sé, parece que os estoy tomando el pelo, pero es la verdad. ¿No creéis en duendes, ángeles o unicornios? ¿Y por qué no creer en cazadores de estrellas?
Los cazadores de estrellas somos unos pocos elegidos nada más nacer. Llevamos una marca con forma de estrella en el talón del pie derecho, es nuestro distintivo.
Cuando nacemos, un enviado de la Luna (se llaman así, no es que vengan de allí), viene a buscarnos, nos aíslan de nuestras familias y nos llevan a la urbe que nos corresponda, la mía es Sakura que significa flor de cerezo.
¿Sabéis por qué cazamos estrellas? Porque hay algunas que se llevan el alma de las personas, hasta que éstas desaparecen; son las llamadas estrellas negras, como mi nombre: Hoshi significa estrella y Kuroi negra. Y tan sólo los designados por la marca podemos cazarlas, es por eso que nos llevan a las urbes para aprender cómo hacerlo.
Las urbes son tu casa, tu lugar para entrenar, para disfrutar del ocio, para estudiar, para trabajar, para vivir... lo son todo durante los primeros 18 años de la vida de un cazador de estrellas; pero lo que no son es tu familia o tus amigos; somos máquinas entrenadas para cazar y nada más que eso, no nos está permitido demostrar nuestros sentimientos porque sería flaquear y podría traer malas consecuencias.
He ido creciendo durante todos estos años sin cuestionar las normas, de hecho, fui considerada una de las mejores de mi promoción, pero justo unos días antes de graduarme descubrí algo que cambió mi vida por completo y desde entonces vago por el mundo aferrándome a ello como si fuera mi último halo de vida, porque necesito algo más que cazar estrellas sin más.

miércoles, 5 de octubre de 2011

PRESENTACIÓN

Buenas noches,
Sí, lo sé, vengo con un tercer blog, pero es que éste os lo debía.
En este blog quiero ir colgado relatos que tenga escritos o vaya escribiendo para que conozcáis un poco más mi forma de escribir y me digáis que os parece.
Así que, os invito a que os vayáis pasando y disfrutéis de las cosillas que iré poniendo.

Saludos a todos y espero que os gusten.